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La Descarada no es ‘alguien’, sino es ‘algo’. Es la definición de la cocina de un restaurante ubicado en pleno
Barrio de Salamanca que conquista por su
rotunda sencillez y un
sabor tradicional logrado a base de
preparaciones propias de la cocina de antaño, a las que aportan su
toque creativo y
desenfadado. Un claro ejemplo pueden ser sus
callos, a los que, además de los ingredientes habituales, les añaden criadillas,
pito y
lengua del toro, convirtiéndolos en sus originales
“50 sobras del buey”, unos callos -casi eróticos, como puntualiza la carta- que no hay que dejar de probar.
Al frente de este restaurante que
nació hace seis años y lleva
cuatro asentado en esta ubicación, está una
‘descarada familia’, liderada por
Antonio Beaumont a los fogones y su pareja
Valeria Trotta, quien desde enero
dirige la sala tras haber estado casi 18 años en Tandoori Station. Del
cuidado y respeto por el buen producto se ocupa
Antonio, que antes de abrir su propio restaurante dirigió una empresa de distribución de alimentos para hostelería, por lo que, para él, la calidad y la búsqueda de los mejores ingredientes a diario en Mercamadrid son siempre una prioridad. También encontramos en sala a una de las hijas del chef,
Eva, que confiere un mayor
carácter familiar al equipo, transmitiendo a los comensales un
trato amable y
cercano que hace que se sientan como en casa.
Cada uno de sus platos nos traslada a la cocina de nuestras madres y abuelas, a sabores de siempre como el de las croquetas, que aquí se elaboran de tres sabores; al cocido madrileño que se presenta en formato Hummus en lugar de en vuelcos, sobre una fina tosta de pan y con toda la ropavieja encima; o el de las Albóndigas, (las suyas son de jabalí con salsa de cerveza negra e higos, una combinación potente y suave a la vez). Otro de los platos que no hay que perderse es precisamente el Lingote de pularda con almendras, ciruela y salsa ‘karma’, “que en realidad es korma, pero con más buen rollito” como explica el chef, pues le añade azahar y rosa para hacer un plato 100% redondo. Porque Antonio no presume de inventar nada, él crea y aporta originalidad a la cocina de siempre. ¿O acaso no suenan bien unos Portobello encurtidos -por él mismo- con huevo a baja temperatura, tocineta ibérica y nueces?
Muestra de esta
evolución descarada son también su
Bacalao confitado con pil pil de ají,
pappardelle de calabacín y perlas de yuzu, entre los favoritos de su clientela; o los
Piquillos rellenos de Angus en salsa de sobrasada y miel, tomate seco y corazón de alcachofa, muy equilibrados y sorprendentes en cada bocado; o su
Lomo de corvina a la plancha con tomatada marinera y pulpitos braseados. Por último, en el apartado de
postres, cinco opciones que invitan al juego, porque la sección se enuncia como
“Tu postre soy yo”, aunque realmente lo que llega a la mesa es para comer con cuchara… No falta la imprescindible
Tarta de queso Descarada, hacen un refrescante
Sorbete de limón con champán del caro, y una
Goxua de Lanús con lo mejor de cada mundo, que, a pesar de ser la última incorporación, es el
postre más solicitado. Lleva un bizcocho ligeramente borracho, nata montada casera y sustituye el caramelo líquido original del postre vasco por una natilla casera, y la crema pastelera por el dulce de leche en honor a Valeria y su Argentina natal. Una adaptación muy acertada.
Además, su luminoso local, con doble altura y cristalera continua con vistas a la terraza, invita a quedarse tras una contundente comida disfrutando de un cóctel, para lo cual tienen un barman que elabora los tragos de siempre y diseña otros nuevos a gusto del consumidor con jarabes y fruta fresca del día. En cuanto a la decoración, mucha madera en tonos beige con el contraste de las paredes en gris, bombillas desnudas encima de la barra, lámparas de mimbre sobre las mesas… en definitiva, una sencillez que no sigue la apabullante moda del ‘más es más’ y que muchos agradecerán.
La Descarada abrió en 2019 en la calle Ayala y se trasladó a
Ortega y Gasset en
2021, ganando
espacio y una
agradable terraza
con capacidad para 35 personas. En la
planta baja del restaurante hay sitio para
21 comensales y en la de arriba, para
45 más. Abren de
martes a jueves de
13:30 a
17:00 horas y de
20:30 a
00:00 horas; de
viernes a domingo están hasta las
17:30 horas; y para las
cenas,
viernes y sábados hasta la
01:00 horas. La cocina cierra una hora antes en cada servicio y descansan domingos noche y lunes completos. El ticket medio es de
35 € y prácticamente toda la carta es divisible y compartible. ¿Con quién vas a ir?
LA DESCARADA
Calle José Ortega y Gasset, 73.
Madrid.
Tel. 91 089 76 65.
https://www.ladescarada.es/
https://www.airesnews.com/