El propósito de que cada año que comienza es una nueva oportunidad para sorprender lo llevan a rajatabla en MamaQuilla (José Abascal, 61). Como máximo referente de esa cocina de mimo y mucha pasión que caracteriza a los países del otro lado del Atlántico, este restaurante estrena nueva carta, que continúa con su vocación viajera de acercar lo mejor de su gastronomía a la capital. Aunque mantiene algunos de sus greatest hits, en esta nueva etapa ofrece una propuesta más ligera, fresca, con sabores que se adaptan a todo tipo de paladares y que, sin duda, invita a repetir. MamaQuilla prosigue su viaje por el continente americano y da la bienvenida a la tradición culinaria de nuevos países: Argentina, con un importante peso de las carnes a la brasa, y Perú, con su sorprendente cocina nikkei. El resultado son recetas reconocibles y reconfortantes, que son el mejor aliado de esos comensales que añoran o sueñan con pisar aquellas tierras para disfrutar de su riqueza culinaria. Los nuevos platos revisitan nuestros orígenes, nos hacen sentir como en casa y conectan emocionalmente con rincones de nuestra memoria; platos que además de saciar la sensación de hambre, alegran el alma.
En MamaQuilla, diosa inca de la luna y protectora de la mujer y pilar sobre el que se sustenta el restaurante, su extraordinaria propuesta gastronómica —ejecutada con materia prima nacional de máxima calidad— contribuye a que el comensal conozca las recetas de Latinoamérica más conocidas, pero también aquellas que forman parte de lugares remotos. El establecimiento propone un recorrido por su rico recetario, pero con una visión vanguardista y rompedora. Además, MamaQuilla no solo rinde culto a la cocina del otro lado del Atlántico, sino también a sus gentes, a su música y a la manera de vivir la vida sin complejos y con naturalidad. El objetivo, dejarse llevar.
Universo particular
Latinoamérica es mestizaje, unión y hermanamiento entre diferentes culturas, lo que ha dado lugar a una gastronomía amplia y diversa en la que tienen cabida prácticamente todos los ingredientes del planeta. Viajar por sus calles es una oportunidad de descubrir todas las caras de estos países bocado a bocado. Y en esta idea se basa MamaQuilla y su carta. Aunque con aires renovados, el equipo de cocina mantiene el alma viajera y canalla en todos los platos, ejecutados con maestría para realzar la cocina de manera más gourmet.
…Con muchas estrellas
Sentados a la mesa y para abrir el apetito, MamaQuilla propone sus irresistibles antojitos, entre los que destacan los tacos al pastor —con cerdo ibérico adobado y pico de gallo—, la zamburiña soasada —con emulsión de tomatillo verde y horseradisch (rábano picante)— y la ensalada tropical de mango, con aliño de hierbas frescas y cacahuetes tostados. El picante, pero en su punto justo, no falta en su propuesta; está presente en los tiraditos —de atún rojo salvaje, lubina, pulpo y el veggie de aguacate—, en el ceviche verde —con clorofilas, tirabeques y maíz tatemado— y en la causa limeña con tartar de atún rojo salvaje, que incorpora jalapeños suaves y polvo de chiles. Las principales novedades de la carta vienen de la mano de dos importantes bastiones gastronómicos: Perú, con el nuevo apartado ‘Viaje nikkei’, y Argentina, que gana protagonismo en el de ‘A Fuego’, con carnes que caen rendidas al calor de las brasas. Este restaurante invita a disfrutar en la mesa de la magia de la cocina nikkei, que llega dispuesta a robarle el corazón a los clientes más atrevidos; propone tres rolls —de atún rojo salvaje, de corvina acevichada y veggie con tartar de mango—, un tataki de atún rojo —con aliño peruano, rocotos encurtidos y aojisho (menta asiática)— y tacos al gobernador de soft shell crab, con queso costeño ahumado y pico de gallo. El calor, el olor y la pasión de la parrilla se llena de nuevas recetas, en las que el recuerdo a los asados argentinos tiene mucho que ver. Los más carnívoros pueden optar por deleitarse con ojo de bife argentino —con chimichurri y salsa criolla—, chuleta a la brasa —de lomo alto madurado 40 días— y centro de solomillo a la brasa —con mantequilla de especias cajún—. Los pescados también pasan por el fuego con el arroz chaufa con carabinero, el maito de pesca adobada y el pulpo de roca. La locura culinaria de MamaQuilla culmina con los postres: la clientela puede seguir disfrutando del sorprendente ‘Ritual de MamaQuilla a la cultura latina’ —elaborado en directo, con cacao, café y frutas tropicales— y del flan de queso cremoso, a los que se suman la milhoja argentina —con dulce de leche y merengue— y el costrado de chocolate.
Vino y cócteles: el acompañamiento perfecto
Celebrar la vida no tiene sentido si no es acompañado de un buen vino y de un cóctel. Por ello, en este restaurante —se presenta como una vivienda tradicional latina con diferentes estancias: El Patio, La Estancia y El Primer Piso— la gastronomía no se entiende sin una bodega y una coctelería de excepción. La bodega de MamaQuilla acompaña a la perfección a la propuesta culinaria. En total son unas 200 referencias de todo el mundo, con gran peso de los vinos espumosos. Por su parte, los cócteles, perfectos para comenzar o como broche de oro, son parte fundamental de esta experiencia 360. Son tragos frescos, atrevidos y cautivadores, que evocan esas tierras. En la carta destacan los rones, el pisco, los tequilas y los mezcales, que siguen el viaje por el continente americano y son protagonistas de llamativas elaboraciones llamadas Santo Domingo, Sinaloa, Río de Janeiro o San Juan.
MAMAQUILLA
Dirección: José Abascal, 61. Madrid
Horario: de lunes a sábado de 13.30 h a 16.00 h y de 20.30 h a cierre. Domingo cerrado. El bar abre de manera ininterrumpida de 13.30 h a cierre
Precio medio: 40-60 € por persona. Precio menú ejecutivo: 20 € por persona (bebida incluida)
Tel.: 910 970 110
https://www.restaurantemamaquilla.com/
https://accionycomunicacion.com/